La rosácea puede presentar cuatro subtipos, según la clínica predominante:
Evitar el sol y los irritantes cutáneos; aplicarse una fotoprotección adecuada; utilizar limpiadores faciales suaves, cremas hidratantes y reparadoras para la piel para evitar agresiones cutáneas y recuperar la función barrera, aplicándolos suavemente a temperatura ambiente. Evitar los factores desencadenantes (alcohol, comidas picantes, determinados fármacos, cambios bruscos de temperatura, etc.).
Principalmente con cuatro: rosácea, foliculitis de la barba, dermatitis perioral, quistes de milia y enfermedad de Favre-Racouchot.
Limpiar adecuadamente la piel para retirar el exceso de sebo (lavar dos veces al día con agua y jabón, evitar el uso de productos irritantes); mantener una adecuada higiene de cabello y manos para evitar sobreinfección bacteriana; no manipular las lesiones, para evitar sobreinfecciones y heridas; evitar la exposición solar prolongada; si se utilizan cosméticos, utilizar formulaciones adecuadas para el acné (no comedogénicos). Los varones deben afeitarse con cuchilla y no con maquinilla, para evitar irritar la piel.
Las intervenciones más eficaces para mejorar la adherencia de nuestros pacientes son:
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